El video explora cómo la temperatura afecta la curva I-V de un módulo fotovoltaico, esencial para entender su comportamiento eléctrico bajo diferentes condiciones de temperatura de operación de la celda fotovoltaica. La curva I-V muestra la relación entre la corriente (amperios) y la tensión (voltios) de un módulo fotovoltaico, determinando la potencia máxima que puede generar.

Un módulo típico ha sido probado y certificado a una temperatura de operación  25 °C, y asi conocer su potencia máxima nominal, establecida bajo condiciones estándar (1000 W/m², masa de aire 1.5).

Si la temperatura de la celda cae a 0 °C, la tensión aumenta y la corriente disminuye ligeramente. Por otro lado, a 45 °C, sucede lo contrario: la tensión cae y la corriente aumenta levemente, y este patrón se intensifica aún más a 60 °C.

Estos cambios tienen implicaciones significativas para el diseño de sistemas fotovoltaicos, ya que en días muy fríos o cálidos, las variaciones en la tensión podrían afectar la compatibilidad con el inversor. Por ello, se utilizan coeficientes de corrección proporcionados por el fabricante del módulo fotovoltaico y normativas como el NEC para determinar el número adecuado de módulos por conexión, ajustando el diseño a las condiciones de temperatura máximas y mínimas esperadas.

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